El perfeccionismo puede sabotear tu carrera profesional
Siempre se ha dicho que el perfeccionismo es una virtud, algo que todos deberíamos buscar. Sin embargo, ¿qué hay detrás de esta palabra? ¿Cómo puede afectar el perfeccionismo a tu carrera profesional? En este artículo te lo vamos a explicar todo.
Primero definamos qué es el perfeccionismo. Se trata de una tendencia a querer que todo sea perfecto, a hacer las cosas lo mejor posible, a no dejar ningún detalle al azar. La persona perfeccionista suele ser muy exigente consigo misma y con los demás. Es un rasgo que puede tener su origen en la educación recibida o en la propia personalidad.
El perfeccionismo puede ser útil hasta cierto punto. Si eres una persona perfeccionista, es muy probable que seas muy detallista, organizado y riguroso en tu trabajo. Eso te puede ayudar a conseguir mejores resultados, a destacar por encima de los demás y a ser reconocido por tu eficacia y eficiencia.
Sin embargo, el perfeccionismo también puede ser una auténtica trampa. Si quieres hacerlo todo perfecto, es muy probable que te cueste mucho más tiempo y esfuerzo terminar cualquier tarea. Y si además quieres que los demás hagan las cosas como tú, el trabajo en equipo se puede convertir en una auténtica pesadilla.
Además, el perfeccionismo suele ir acompañado del miedo al fracaso. La persona perfeccionista no quiere cometer errores porque cree que eso son los demás los que los cometen. Quiere que todo sea perfecto porque piensa que eso es lo que se requiere para triunfar.
Pero esto no es cierto. En la mayoría de las empresas, lo que se valora no es tanto el resultado final (que, por supuesto, debe ser adecuado), sino el trabajo en equipo, la capacidad de adaptación a los cambios, la creatividad y la innovación. Y para eso, el perfeccionismo no es la solución.
Por eso, si eres una persona perfeccionista, debes tener cuidado con esta tendencia. No es algo que te ayude a progresar profesionalmente, sino todo lo contrario. Aquí van algunos consejos para evitar que el perfeccionismo te termine saboteando tu carrera:
1. Define claramente tus objetivos
Antes de empezar cualquier tarea, debes tener clara cuál es tu finalidad. Si te gusta hacer todo perfecto, puede que tengas la costumbre de perder mucho tiempo en detalles que no son relevantes para tu objetivo. Asegúrate de saber lo que quieres conseguir antes de empezar.
2. Fija un plazo
Sí, hacer las cosas bien requiere tiempo, pero no debes darle todo el tiempo del mundo. Define un plazo límite en el que debas terminar la tarea. Esto te ayudará a centrarte en los aspectos más importantes y a no dejarlos para el final.
3. Aprende a delegar
El trabajo en equipo es fundamental para cualquier empresa. Delegar tareas puede ser difícil para una persona perfeccionista, pero es necesario. Confía en tus compañeros, aprende a pedir ayuda cuando lo necesites y verás cómo todo fluye mejor.
4. Aprende de tus errores
No tener miedo al fracaso también es importante. Entiende que los errores no son malos, sino una forma de aprender. Si algo no te sale bien, reflexiona sobre qué podrías haber hecho diferente y aplica esa lección en el futuro.
5. Aprende a ser flexible
Ser perfeccionista puede llevarte a querer hacer siempre las cosas de la misma manera. Pero la realidad es que el mundo cambia constantemente. Aprende a adaptarte a los cambios, a ser flexible y a buscar nuevas soluciones.
En conclusión, el perfeccionismo no es la solución a tus problemas profesionales. Si eres una persona perfeccionista, debes tener cuidado con esta tendencia para no terminar saboteando tu carrera. Define tus objetivos, fija un plazo, aprende a delegar, no tengas miedo de cometer errores, aprende a ser flexible. Si pones en práctica estos consejos, verás cómo tu carrera profesional progresa de forma más eficaz y eficiente.